Blogia
Bastian Bux

Experiencias.

El me miró y preguntó: “¿Usted es hombre?” Yo le respondí que no sabía: “Dijeron que lo era cuando nací. Hoy yo no sé. Yo me hallo ya un padre de familia, mas no voy a decirle al señor que soy hombre. Claro que lo soy, sí, en un cierto sentido, mas no sé si lo soy en el otro.” El Evangelio según Sebastiao Mota

  

Mi infancia, como buen escorpio, estuvo demasiado pendiente del sexo como algo natural-atractivo que la educación rígida del momento convertía en pecaminoso-repulsivo. La pubertad no hizo más que complicar la situación convirtiéndola en una fase atormentada, al aumentar la presión de las hormonas y el interés por la religión.

Suave, aunque no rápidamente, se fueron aclarando mis sentimientos que pasaron por fases de confusión.

 

Ha sido en la madurez, sobre todo a partir de empezar a meditar, cuando inopinadamente se empezaron a integrar en mí algunas facetas. Siempre me he relacionado con facilidad con ambos sexos, y aun cuando cuento con algún amigo sólido desde hace muchos años, son entre las mujeres de mi familia y de fuera de ella, donde he encontrado más amigas, de las que más he aprendido y con las que me siento más a gusto. Cuando en una conversación con T. se lo hice notar, el comentario fue sencillo: “Por algo será”. Este “algo será” tenía que aclararlo y pronto descubrí que en ellas veía muchas facetas que yo tenía y que me reflejaban, además de poder expresar y exteriorizar otras con naturalidad sabiéndome comprendido y admitido.

 

En las meditaciones, ahora voy a llevar casi siete años, me he visto asociado a vidas y épocas distintas, que me han dado información y facilitado la comprensión de aspectos de mi vida actual. Como los viajes…, la mayoría son sin anécdotas reseñables, pero de pronto hay uno en el que sucede algo extraordinario, o por lo menos exótico. Así sucedió de pronto en una meditación me ví con cuerpo de mujer de aspecto un tanto orondo y descuidado para mi concepto estético actual, comprendí pronto que era una india amazónica. Ésto rompió la tendencia a asociarme a vidas en cuerpos del mismo sexo, en parte afianzada por otras experiencias en que me había visto como hombre de distintos grupos étnicos. También supuso el asumir una experiencia chocante en principio, que seguramente se habría repetido en más ocasiones, dando variedad y riqueza al puzzle que representa mi alma a través de su recorrido existencial. Así pues si como parece nuestras células, o mejor nuestro ADN guarda la información de nuestras vidas, hay ahí un rico mundo de experiencias y conocimientos, muchos de ellos pendientes de hacerlos emerger.

 

Como en El Evangelio según Sebastiao Mota, “Yo me hallo ya un padre de familia, mas no voy a decirle al señor que soy hombre”, en un sentido lo soy y estoy orgulloso de serlo pero no voy a ser tan atrevido de decir que soy HOMBRE, ahora bien, quiero serlo y voy camino de serlo, y si estoy hecho a imagen y semejanza de Dios-Diosa Padre-Madre, deberé admitir, integrar, potenciar mi faceta femenina para conseguirlo. Esto además sin menguar un ápice de la admiración, la atracción y el respeto que me merecen las mujeres de las que tanto recibo y aprendo.

 TAL ES LA DOCTRINA QUE EXTRAIGO DE LOS OJOS DE LAS MUJERES, QUE CENTELLEAN, SIEMPRE COMO EL FUEGO DE PROMETEO. ELLAS SON LOS LIBROS, LAS ARTES, LAS ACADEMIAS, QUE ENSEÑAN, CONTIENEN Y NUTREN AL UNIVERSO ENTERO.SIN ELLAS NADIE PUEDE SOBREVIVIR EN NADA. WILLIAM SHAKESPEARE bastian.bux@terra.es 

0 comentarios