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Bastian Bux

Personal

De Mar... aMar

De Mar... aMar

...lo veía al pasar y no lo asociaba, hasta que pasé con Mar y lo vió, lo asoció, lo entendí.

Entre Puente la Reina-Gares y Campanas (localidades de Navarra), saliendo de Santa María de Eunate (un sitio precioso, con una energía fantástica en el camino de Santiago)

Viaje a la Fragua de Vulcano

Viaje a la Fragua de Vulcano He hecho un viaje y esta vez no citaremos las coordenadas, ni el idioma del lugar, ni las circunstancias, ni las compañías, pues aun siendo todo ello importante, valioso y agradable lo cierto es que el viaje pareció ser a la Fragua de Vulcano, o mejor, fue al fondo de mí mismo a través del trabajo en esa fragua.Era un tanto peculiar pues no se ubicaba en ninguna caverna ni hacíamos encargos para Marte, sino en el interior de un frondoso bosque, rodeadas sus sobrias instalaciones de variadas y coloridas plantas, unas tapizando los suaves desniveles y otras robustas, poderosas, envolvían todo, acercando el horizonte colorido a un primer plano sobre el que se asomaba algún pico cercano. Las áreas relacionadas con los distintos trabajos del proceso estaban claramente delimitadas aunque todas contiguas y en la misma superficie cubiertas por una sencilla estructura que protegía de la lluvia ocasional. El atanor, situado a un nivel inferior se veía estrecho y profundo. Era alimentado por el cuidador del fuego, asistido por sus ayudantes que partían y acercaban la leña, facilitaban la ebullición del material fundido. Varios recipientes con materiales en diversos grados de depuración eran atendidos por otros trabajadores de la fragua envueltos en vapores. Útiles para el manejo, extracción y decantación del material fundido se encontraban próximos.

En la primera zona, el material que se ha de trabajar es limpiado cuidadosamente de las impurezas más notorias y de los efectos de la humedad y la intemperie. Haciendo este trabajo, en silencio, se piensa en muchas cosas pero inevitablemente la atención se viene a centrar en lo que se maneja, en sus formas, su utilidad, su finalidad. Al tiempo, uno siente que se limpia a sí mismo, sus huesos, sus miembros, los de seres desconocidos. Pareciera que a pesar de la rigidez, aquellos objetos estuvieran vivos, como si quisieran comunicar la experiencia que acumularon en su recorrido ¿vital?. De fondo los golpes, casi siempre simultáneos, de otro grupo que a golpe de maza desenreda lo entrelazado y lo prepara antes de pasar a la fundición. A la mañana siguiente cuando aún no asoma la claridad me incorporo al grupo de doce, que sentados sobre sencillos taburetes, al lado de sendos yunques y cada uno con su maza, vamos a participar en la preparación del material que se fundirá. El maestro de la fragua que a su vez es un poco druida, nos da una bebida energética que como una poción mágica, imagino me convierte puntualmente en un fornido guerrero, digo…, herrero, dispuesto a trabajar aquellos fierros que se amontonan entre las dos filas de yunques enfrentados. El de la esquina, más experto, marca el ritmo, lento pero enérgico. Pum…, pum…, pum…, ¡Cómo pesa la maza!, no estoy entrenado…, no sé si aguantaré…, hay mucho material. La mente analiza, quiere controlar. De repente, el que dirige el trabajo empieza una canción que se ajusta al ritmo de los golpes de maza y éstos a su vez al ritmo de la canción. Habla de la naturaleza, de fuerza, de firmeza, también de amor, pum…, pum…, pum…, saltan partículas minúsculas y pequeñas alambres que van cubriendo el suelo de polvo y filamentos. Vuelve a asociarse el material que manejo con experiencias pasadas, con usos de la maza para guerrear o peor aún, para torturar inocentes, pum…, pum…, pum… Enfrente un joven trabajador, adolescente casi niño, trabaja con suavidad pero usa su energía con mucha eficacia, a tenor del montón de material que ya ha desenredado. Un poco más allá otro de pelo cano, tan embebido está que va a contra ritmo y no se percata. ¡A LA VEZ!, se oye y el ritmo se unifica. Alguien pide agua y se realiza una pausa para que beban los que deseen; mientras se aprovecha para separar lo más pulverizado de lo grueso y redistribuir lo que está pendiente de hacer. Los colores del bosque van cambiando, pues ya el sol avanza en la mañana. Se reanuda el trabajo, seguramente han pasado dos o tres horas y uno atisba a comprender, que el trabajo de herrero no es sólo un trabajo físico. Al que está a mi lado, con la cabeza afeitada, le miro disimuladamente de reojo, parece un guerrero centroeuropeo, no muy joven pero sí compacto. Al sentirse observado gira suavemente la vista y sonríe. Siento que en algún tiempo hemos sido enemigos y nos hemos enfrentado en un campo de batalla con armas blancas Estamos en el mismo viaje, mas no sé si en el mismo proceso. ¡CALMA! Se oye. Inconscientemente hemos ido acelerando. El tiempo no es un dato relevante, poco a poco comprendo, no es un trabajo individual, soy parte de un engranaje, pareciera que pongo mi energía, mi cuerpo, PERO NO, sólo pongo mi voluntad, mi deseo de hacerlo bien y por qué no mi amor. La maza se ha integrado con mi cuerpo, inmerso en la naturaleza, el ritmo, el grupo, ya no soy un individuo, no sé si una célula o un planeta, pero poco a poco comprendo. Ya no hay enemigos, no hay cuerpos ni fraguas, era un espejismo, es el COSMOS y en ÉL, sólo el AMOR que todo lo integra y todo lo mueve. ¡Ahora comprendo,!

Junio de 2007

bastian.bux@terra.es

Gracias COLOMBIA

Gracias COLOMBIA

Este verano vino a manifestarse en nuestra realidad familiar algo largamente esperado. Ésta aumentó con un nuevo miembro, que ha llegado como un torbellino llega al rincón del jardín donde se amontonan las ramas de la poda y las hojas acumuladas. Muchas cosas dieron un vuelco y muchas otras están siendo recolocadas o eliminadas. Aunque era un proyecto de nuestros primeros tiempos como pareja, no fue hasta que Diego, nuestro hijo biológico, tenía tres años (han pasado diez), que empezamos con los trámites para una posible adopción nacional. Circunstancias familiares un poco especiales y el dilatarse tanto en el tiempo, nos indujo a comenzar los trámites por la vía internacional, ahora hace dos años. Nuevas entrevistas, tests, y sobre todo documentación, sobre posesiones, familia, trabajo, avales de personas relevantes, fotos, en fin, un sinnúmero de pasos, había de llevarnos a ser seleccionados como posibles adoptantes de un chiquillo colombiano, después de haber elegido nosotros este país.

Nos desplazamos a Bogotá a mediados de julio y el 19 nos fue entregado en Medellín el que iba a ser el nuevo hijo y hermano, Jhon Wilmar. Un chiquillo menudo, compacto, de ojos vivos y luminosos, aunque con una sombra de tristeza;  irrumpió con un ramo de flores y toda la energía de sus ocho años en la sala del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (la institución que vela por los niños en este país). 

El día 20 de julio, Fiesta Nacional de Colombia y en una “manga” (césped o tasca) al lado de un cafetal, siguiendo los consejos de QUIEN SABE, hicimos una pequeña ceremonia familiar de recibimiento al nuevo miembro de la familia y de agradecimiento a América y en especial a Colombia por la confianza que depositaba en nosotros al entregarnos para su educación a uno de sus hijos.

El proceso administrativo fue sencillo y la estancia agradabilísima. Ya había aprendido que cuando pones en marcha la voluntad, la energía universal fluye a favor de la consecución de los objetivos. En esta ocasión también se produjo, favorecida por sutiles ayudas y sincronicidades que hacían más sencillo y atractiva la situación. Casi de continuo se percibía que los ángeles que nos habían puesto para la ocasión nuestras amistades de trabajo espiritual, iban despejando cualquier inconveniente, seguramente más de lo que imaginamos.

La llegada de Jhon ha venido a ser como la varilla de vidrio en un vaso de precipitados. De pronto, lo que estaba posado en el fondo comienza a hacerse notorio al agitarse la mezcla. Comportamientos impensables se manifiestan, permitiendo hacernos conscientes de cosas que debían ser conocidas para poder encauzarlas, corregirlas o directamente trasmutarlas.

Dice el adagio ocultista “Cuando el aspirante está preparado, aparece el maestro”, y así nos ha sucedido a nosotros. Jhon ha llegado no cuando sabíamos educarlo, sino cuando podíamos aprender a manejar las situaciones que provoca un chiquillo que ha tenido una vida corta pero muy dura, violenta, acostumbrado a buscarse la vida, con poca disciplina y demasiadas horas de televisión, sin posesiones, sin raíces, por lo tanto con mentalidad egoísta, sintiéndose aún, de paso. Todos estos detalles no son negativos, son lo que hay; su vida, su experiencia y a pesar de todas esas circunstancias un corazón enorme, lleno de generosidad, de cariño. Un niño con gran capacidad de aprendizaje, de trabajo y con muchos valores sólidos que se asoman con facilidad y que acabarán manifestándose de forma permanente conforme crezca su autoestima, su estabilidad física y emocional.

Así se abrió en nuestra vida una nueva etapa de aprendizaje y sobre todo de crecimiento. Sólo nos queda reiterar nuestro agradecimiento a todas las personas e instituciones de aquí y de allí que han hecho posible que nos reencontráramos. Resaltar el trato dulce y educado de cada una de las personas colombianas con las que fuimos coincidiendo haciendo que nos sintiéramos bien acogidos. Percibimos un pueblo muy trabajador, un paisaje atractivo y una naturaleza pujante, todo ello los llevará a superar, espero más pronto que tarde, sus problemas internos y a alcanzar como pueblo y como país TODO LO QUE MERECE.

Otoño de 2006

bastian.bux@terra.es

Experiencias.

El me miró y preguntó: “¿Usted es hombre?” Yo le respondí que no sabía: “Dijeron que lo era cuando nací. Hoy yo no sé. Yo me hallo ya un padre de familia, mas no voy a decirle al señor que soy hombre. Claro que lo soy, sí, en un cierto sentido, mas no sé si lo soy en el otro.” El Evangelio según Sebastiao Mota

  

Mi infancia, como buen escorpio, estuvo demasiado pendiente del sexo como algo natural-atractivo que la educación rígida del momento convertía en pecaminoso-repulsivo. La pubertad no hizo más que complicar la situación convirtiéndola en una fase atormentada, al aumentar la presión de las hormonas y el interés por la religión.

Suave, aunque no rápidamente, se fueron aclarando mis sentimientos que pasaron por fases de confusión.

 

Ha sido en la madurez, sobre todo a partir de empezar a meditar, cuando inopinadamente se empezaron a integrar en mí algunas facetas. Siempre me he relacionado con facilidad con ambos sexos, y aun cuando cuento con algún amigo sólido desde hace muchos años, son entre las mujeres de mi familia y de fuera de ella, donde he encontrado más amigas, de las que más he aprendido y con las que me siento más a gusto. Cuando en una conversación con T. se lo hice notar, el comentario fue sencillo: “Por algo será”. Este “algo será” tenía que aclararlo y pronto descubrí que en ellas veía muchas facetas que yo tenía y que me reflejaban, además de poder expresar y exteriorizar otras con naturalidad sabiéndome comprendido y admitido.

 

En las meditaciones, ahora voy a llevar casi siete años, me he visto asociado a vidas y épocas distintas, que me han dado información y facilitado la comprensión de aspectos de mi vida actual. Como los viajes…, la mayoría son sin anécdotas reseñables, pero de pronto hay uno en el que sucede algo extraordinario, o por lo menos exótico. Así sucedió de pronto en una meditación me ví con cuerpo de mujer de aspecto un tanto orondo y descuidado para mi concepto estético actual, comprendí pronto que era una india amazónica. Ésto rompió la tendencia a asociarme a vidas en cuerpos del mismo sexo, en parte afianzada por otras experiencias en que me había visto como hombre de distintos grupos étnicos. También supuso el asumir una experiencia chocante en principio, que seguramente se habría repetido en más ocasiones, dando variedad y riqueza al puzzle que representa mi alma a través de su recorrido existencial. Así pues si como parece nuestras células, o mejor nuestro ADN guarda la información de nuestras vidas, hay ahí un rico mundo de experiencias y conocimientos, muchos de ellos pendientes de hacerlos emerger.

 

Como en El Evangelio según Sebastiao Mota, “Yo me hallo ya un padre de familia, mas no voy a decirle al señor que soy hombre”, en un sentido lo soy y estoy orgulloso de serlo pero no voy a ser tan atrevido de decir que soy HOMBRE, ahora bien, quiero serlo y voy camino de serlo, y si estoy hecho a imagen y semejanza de Dios-Diosa Padre-Madre, deberé admitir, integrar, potenciar mi faceta femenina para conseguirlo. Esto además sin menguar un ápice de la admiración, la atracción y el respeto que me merecen las mujeres de las que tanto recibo y aprendo.

 TAL ES LA DOCTRINA QUE EXTRAIGO DE LOS OJOS DE LAS MUJERES, QUE CENTELLEAN, SIEMPRE COMO EL FUEGO DE PROMETEO. ELLAS SON LOS LIBROS, LAS ARTES, LAS ACADEMIAS, QUE ENSEÑAN, CONTIENEN Y NUTREN AL UNIVERSO ENTERO.SIN ELLAS NADIE PUEDE SOBREVIVIR EN NADA. WILLIAM SHAKESPEARE bastian.bux@terra.es 

Se activa una nueva neurona en el gran cerebro de internet

Hoy 21 de noviembre escribo mis primeras líneas de lo que espero será un largo recorrido.

Mi intención, sólo abrirme y con la práctica aprender, progresar.

Mis objetivos, difusos, andando espero ir haciendo el camino.

Mi perfil, para mis conocidos, depende del tiempo que se hayan relacionado conmigo o de la fase evolutiva que hayan compartido; para este lugar, las intervenciones que aquí se plasmen, irán dando una idea de mi persona y coloreando mis aristas. Aficiones numerosas, aunque la principal, la lectura, es la que he alimentado durante más años y ella me ha nutrido y hecho disfrutar. La música sobre todo la relacionada con el folklore, me ha llevado por paisajes diversos, acercando mi cultura a otros y enriqueciéndome con las suyas. Las plantas, la geometría, los números, la poesía, las religiones y lo que tras ellas se oculta, junto a muchas otras facetas, me atraen haciendo que me interese puntualmente en unas o en otras y que me den el entusiasmo y la posibilidad de disfrutar del paso por este maravilloso planeta.

Hay muchas cosas que no me afectan, entre ellas el tiempo como climatología y aunque parezca un poco anodino citarlo, es obligado señalar que comienzo este recorrido en un sensacional y luminoso día de otoño, que traduzco, interesadamente, como un buen augurio.